La Vuelta al Mundo en un Violín

La Vuelta al Mundo en un Violín
Una propuesta diferente

Música clásica para niños

La vuelta al mundo en un violín es un

espectáculo musical didáctico en el cual se presenta

música de diversos compositores en forma amena y

con participación del público.

La gran mayoría de los adultos supone (y

está comprobado por diversos estudios e

investigaciones recientes) que el introducir a un niño

en el mundo de la música clásica no sólo es

importante per se sino que también funciona como

estímulo para potenciar su rendimiento en otras áreas

de su vida cotidiana, tanto en el orden intelectual

como en el emocional.

La sensibilidad para disfrutar del arte musical es común a

todos los niños. Por tal razón lo más importante de este

evento es el contacto del público con la música:

intencionalmente la escenografía es sobria, y no se

utilizan muñecos o payasos, comunes en

espectáculos para niños.


miércoles, 17 de junio de 2009

DIJO LA CRÍTICA ESPECIALIZADA:

"La presentación que hacen Sergio Feferovich y su orquesta de cuerdas La vuelta al mundo reúne los valores del buen oficio, el alto nivel de interpretación, y la alegría de compartir algunas piezas con humor y ganas de pasarlo bien." Ruth Mehl, La Nación.

"Para aprender y divertirse. (...)Resulta por demás atractivo que en un espectáculo para chicos el escenario comience a colmarse de hombres de barba y canas (miembros de la orquesta) vestidos de traje. La orquesta, los atriles, los instrumentos despiertan expectativas." Laura Gentile, Clarín.

"Este espectáculo musical es distinto a toda al oferta infantil de la cartelera. La riesgosa apuesta por algo fuera del molde se corresponde con la calidad de un contenido que viene a recordarnos que hay vida mas allá de la demagogia." Leni Gonzalez, Crítica de la Argentina.

“Sucede que la música con esos intérpretes en vivo, lo llena todo, sucede que son innecesarios los colores, los muñecos, las guirnaldas, en fin, cualquier tipo de ornamento. Los chicos acostumbrados a otros estímulos, no los extrañan en absoluto y se dedican a viajar alrededor del mundo en violín, viola, violoncello y contrabajo. Este espectáculo, como todos los buenos espectáculos infantiles, no los obliga a poner la voz en cuello sino el oído atento, los ojos abiertos. Les permite asombrarse de escuchar música.” Mónica Berman, Crítica Teatral.

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